viernes, 4 de septiembre de 2015

Melodías gastadas

Arropada en la cama,
abrazando una almohada
comenzó a conocer sus latidos.
Lágrimas que tenían nombre
le sabían a ese hombre,
a ese tiempo de sueños vencidos.
Aquel hombre había sido su amor.
Aquel hombre apagó su canción.

Los latidos fueron gritos
y unos dedos pequeñitos
rearmaron un corazón ya roto.
Se sanaron las heridas,
e invitada por la Vida,
con su sonrisa renovó votos.
Ese niño sería su amar.
Ese niño y ella, alma en par.

Ella, madre primeriza;
Él, dibujando en tiza
puertas para entrar en su abrazo.
El tiempo, con delicadeza,
fue jugando así sus piezas
y al tiempo lo encontró en un flechazo.
Los labio de él besaron un "Te amo".
Los cabellos de ella en sus manos.

Varios inviernos más tarde
ese niño, ahora padre,
despedía a una mujer derrotada.
En la eternidad ficticia
de una última caricia
reconoció melodías gastadas.
Ahora él cantará esta canción.
De bandera hoy lleva ese amor.

Ahora él cantará esta canción,
y ella espera la cante mejor.