Ese negro mar se extendía frente a mi
repleto de lagrimas mezcladas.
Y de unos buitres que volaban caían sombras.
Y de esas sombras sombríos seres se despertaban.
Y vi sus fauces.
Y vi sus placeres.
Y vi que sus ojos me veían, sin ver.
Algunos presagian epitafios, otros los recitan.
Ocho cantan desde su octubre.
Otros se mofan de Ángeles muertos.
Setenta y seis me sonríen desde un balcón.
Uno se atreve a inundarme y me comparte su oscuro beso de dolor colectivo.
Una noche profunda se apiada de mi, de mi ajena oscuridad, de mi silencioso huésped.
La noche me abraza, me acaricia.
Mi voz, o la de eso, o la nuestra tal vez,
rezó una frase robada de otros autores:
"La vida y la muerte están tan cerca,
Ya no puedo percibir la diferencia".
Y vi la sombra abandonarme, y otra me penetraba.
Y otra. Y una cuarta.
Y entre esas sombras vislumbré una cripta de un blanco manchado.
"Here lies an Argentinian man"
Y quise lagrimear un "Carajo", pero la sombra gritó "We´re OK"
Si alguna vez vieron y se interesaron en el Guernica, de Picasso, sabrán la terrible historia de la guerra civil española que representa. Sabrán cómo Picasso mostraba el dolor y la angustia con el cubismo, sabrán qué significa cada personaje, sabrán qué quiso mostrar Picasso. Pero, ¿Y si Guernica no significa eso?¿Y si escondido en el Guernica se encuentra un Picasso que no quiso decir lo que pensamos? Hoy, juego a ser ese Picasso escondido, que escribe desde su Guernica.